Introducción
Etimológicamente deriva del griego y significa membrana. Es una enfermedad bacteriana aguda grave de la nasofaringe, amígdalas y/o laringotráquea (a veces de otras mucosas o piel, como conjuntivas u órganos genitales). El cuadro diftérico ya era descripto por Hipócrates, 500 años antes de Cristo. En España esta enfermedad fue denominada “garrotillo”, porque la muerte por asfixia de los afectados recordaba a la de los ajusticiados mediante el garrote. La bacteria responsable fue reconocida recién en 1883 y cultivada por Löeffler en 1884.
El agente etiológico es un bacilo gram-positivo aerobio: el Corynebacterium diphteriae (Cd), con sus biotipos gravis, mitis o intermedius. La producción de toxinas por parte de éstos, provoca la enfermedad.
Epidemiología
El reservorio es el hombre. Es habitual en los meses fríos de regiones templadas (aunque esta característica no es estricta). A pesar que la transmisión se hace por vía aérea, se sabe que puede transmitirse por elementos contaminados. En el trópico, la transmisión cutánea adquiere relevancia. Afecta principalmente a menores de 15 años no inmunizados, pero se extiende a edades mayores en grupos que han descuidado su vacunación (las encuestas serológicas han detectado hasta un 40% de adultos con niveles protectores deficientes).
La OMS confirmó que en 1990 se desató en la Federación Rusa una epidemia de difteria, que se fue propagando por otros países de la antigua Rusia. En 1995 fueron reportados más de 50.000 casos, con 1.500 muertes. Las causas se han atribuido a deficientes programas de vacunación y migraciones (especialmente de fuerzas militares en desintegración). Finlandia, Noruega, Alemania y Polonia notificaron casos importados. Los adultos fueron los principales afectados.
La misma Organización ya pronosticaba 100.000 a 200.000 nuevos casos para inicios de 1996.
La OMS y el Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR) recomiendan específicamente la vacunación general y de la embarazada, con toxoide tetánico y diftérico al mismo tiempo (Doble). En la actualidad, puede hacerse también con la Triple acelular (DPaT), que incluye anticoqueluche.